¿ Puede la calidad de vida de la familia ser la misma cuando, para el cumpleaños de un hijo, la madre se limita a abrir una serie de bolsas de celofán con papas, ramitas y suflitos, en vez de preparar alfajores, galletas y torta casera?
Estoy dispuesta a apostar que los hijos de la creatividad gastronómica serán más sanos, mejor adaptados, más felices que aquellos de la civilización del fast food, que no conocieron la mesa familiar y cuyo único patrimonio cultural gastronómico es saber calentar en un microondas lo que alguien a la ligera, con fastidio y poco amor, preparó.
Preparemos junto a nuestros niños las cosas que se servirán en su fiesta de cumpleaños ellos nunca lo olvidarán y usted tampoco.
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